miércoles, 4 de mayo de 2016

PREMIADOS CATEGORÍA LÍRICA EDUCACIÓN MEDIA 2016





TERCER LUGAR: FLORENCIA TRONCOSO IV° MEDIO

Un segundo

Un momento, un instante, una vida en un segundo. Un momento un instante, no hay nada que contar y…sin embargo se puede decir todo, se puede hacer todo en un segundo. Si parpadeo, desaparecerás. Te veré crecer, te veré envejecer, te veré morir; todo en un segundo.  ¿Existirá una persona en un momento? ¿Puede una persona “ser” en un instante? En un segundo puede pasar cualquier cosa. Un segundo puede cambiar a cualquiera, una vida entera puede transcurrir en un segundo. ¿Vivirías una vida compartida, si esa vida transcurriese en un segundo? Si solo tuviésemos un segundo ¿lo pasarías con migo?



SEGUNDO LUGAR: PALOMA FERNANDEZ III° MEDIO

Recuerdos bajo los pies
Dime que sientes,
Pisoteando historia
Respirando entre cuentos
Voces antiguas de relatos empolvados
Por donde tú vagas
Rebalsan sucesos desconocidos
Paredes colmadas de recuerdos,
De sueños
Tuyos, míos, nuestros
Senderos solos de pena y silencio
O quizás de alegría y goce
Quien sabe...
Quien sabe lo que esconde un muro,
Una puerta o una calle.
Objetos incomprendidos
Henchidos de historia
Atiborrados de momentos

Me pregunto yo,
Recorriendo mis calles
Cuanta historia habrán presenciado
De cuantos hechos testigos habrán sido
Me pregunto
Pero solo camino
Y es que después de todo
Son solo eso,
Una puerta
Una calle
O un muro.





PRIMER LUGAR: VLADIMIR VARELA

Sala de espera:


“El ser humano es la sala de espera
más antigua del universo.”
- Don Gronne.

Cinco minutos esperando:
me siento simplemente
a esperar en una pieza oscura.
No sé nada,
nada me molesta,
una voz me dice dulcemente
que tengo que esperar.

Diez minutos esperando:
otros personajes solitarios
esperan conmigo en una pieza a media luz,
parecida a la luz de la madrugada,
se me ocurre la idea de encender el primer cigarrillo,
la primera luz,
en un juego morboso con la ignorancia.

Quince minutos esperando:
una muchacha me mira desnuda
y parece que por primera vez escucho mi nombre
en los labios de otro esperante,
el primer cigarrillo sigue encendido
iluminando casi toda la habitación,
las Paredes me gritan:
“El tiempo es una puta”

Diecisiete minutos esperando:
la muchacha se ha marchado
a otro mundo quizás,
el primer cigarro se ha apagado
dándole paso a otros mil,
las luces que encendí
parecen no querer apagarse jamás
y me obligan a mirar profundamente las Paredes
que no dejan de gritar me gritan:
“ ¡No existo!”
“¡El tiempo es una puta!”
“¡Más vale la muerte!”
“¡La vida no sirve para nada!”

De un tiempo a esta parte
me comporto reticente a mis consecuencias,
pera ya no puedo batirme a gritos
con las Murallas
y huyo de la habitación,
una voz antigua me grita,
pero no son las Paredes,
una voz me grita:
“¡Vuelve a tu lugar!”
“¡La vida se basa en esperar!”
“¡Instala tu pequeño negocio!”
“¡Todo empieza por casa!”






Nota: lo últimos dos versos
son del poema de Enrique Lihn
Monólogo del viejo con la muerte”.


PREMIADOS CATEGORIA ENSEÑANZA MEDIA NARRATIVA 2016





Tercer lugar narrativa: Sofía Donoso III° medio
Gigante roja
No estoy segura de donde estoy, aquí en la oscuridad todo parece más triste y frío. Quiero salir, se que si salgo me esperará algo mejor allá afuera. ¿Pero dónde estoy? Mientras más camino, menos avanzo y el camino parece no terminar jamás. No tiene sentido seguir avanzando, pero tampoco quedarme en donde estoy. No puedo diferenciar entre el día y la noche, pero a veces, solo a veces, escucho una voz, una voz que me susurra que no es el fin, que debo continuar hasta llegar a la luz. Siento que me he transformado en una especie de energía, de ente. Quizás me volví loca, o quizás solamente me perdí. Intento todos los días recordarme, ya no sé como luzco ni como soy.  A veces sueño y recuerdo como llegué aquí, pero no distingo entre los sueños y la realidad. Mejor me pongo a soñar, quizás así encuentre alguna respuesta.
Flashback:
Una pequeña tensión se sintió en el aire, como si estuviera más pesado y concentrado que nunca. Mientras caminaba fui presente de como el sol estaba más ardiente que nunca....Cada día se acerca más. Las temperaturas tan altas han hecho que el sistema colapse, partiendo por las plantas y los animales. Estos fueron los primeros en comenzar a sufrir las consecuencias de la gigante roja. No pasó mucho tiempo para que los humanos comenzaran a enloquecer.
Mucha gente muere estos días, ayer un loco se avalanzó sobre mi e intentó morderme en el hombro, por suerte alcanzé a sacar mi cuchillo y lo hundí en su estómago.
Mientras sigo mi camino, soy testigo de como una luz comienza a aumentar en tamaño e intensidad en el cielo, con las manos cubriendo mis ojos por el dolor, espero unos segundos, pero siento que he quedado ciega, asi que mantengo mis ojos cerrados fuertemente. Después de lo que yo habría estimado unos cinco minutos,  vuelvo a abrir los ojos y de inmediato los cierro debido a la intensa luz. Aún así con los ojos cerrados, puedo ver la luz a través de mis párpados. Pero luego no... Vuelvo a abrirlos y solo hay oscuridad.
Fin del flashback.
Eso es lo último que recuerdo, y ahora estoy aquí. No es como un túnel, ni como una cueva oscura sin salida, o como un laberinto. Más bien es como un vacío. Estoy atrapada en otra dimensión. La gigante roja ha alcanzado a la Tierra.
No diré fecha alguna, ni año, ni siglo. Ya que por más que me siga preguntando porque pasan las cosas, vuelvo a llegar a la conclusión de que pasan porque tienen que pasar. A veces uno intenta atrasarlas, evitarlas... Pero sabiendo que tarde o temprano van a suceder. Quiero que quede en claro que, sí, existe el apocalipsis, el mundo se acaba y la gente con el también. Pero yo no, sigo existiendo, de alguna manera. Es como si mis sentidos se hubieran ido, pero no son mis sentidos lo que me preocupan, estoy autoconvencida que soy una especie de energía atrapada en algún lugar del macro o micro universo. Siento que he progresado, que me he desdoblado, que soy energía, energía dispuesta a propagarse por el espacio.
Incluso el sol más grande de una galaxia, es un pequeño grano de arena en el universo.  ¿Y qué es el universo? Un espacio infinito lleno de soles y cuerpos. ¿O es más que eso? Tengo todas las respuestas...  Incluso de las preguntas que aún ni siquiera te podrías imaginar. No creo que estés preparado ni mental, ni espiritualmente para saberlas. Nadie que haya vivido lo que yo, podría comprenderlo sin explotar. Literalmente.                                                                               Siempre fui atea. Sin creencia absoluta, menos en Dios. Me parecían inventos, los milagros coincidencias y las religiones, estupideces. Viví una vida creyendo que todo terminaba al morir. Como si el cuerpo fuera una especie de máquina con fecha de caducidad, que deja de funcionar para siempre. Siempre fui realista y objetiva, desde pequeña.                              
Y puede que tú pienses igual, lector. Que dudes de la existencia de un Todopoderoso, que creas que las religiones son una falacia. Quizás tu pienses que todo está en el universo, en las vibras y energías, en los "extraterrestres". Podría darte semanas de anécdotas de ellos y aún así, me quedarían siglos.
Quiero que sepas que dejé de pensar que Dios no existía. Yo nunca creí en él... pero algo ocurrió. Aquí sola, en la nada, escuché una risa. La risa de mi hermanita, que murió hace ya tiempo.
Aquello me hizo creer que estaba claramente muerta, en el "más allá". Pero a pesar de no tener piernas, sentía que avanzaba, de alguna forma seguía, no sé si lentamente o rápidamente, aquí el tiempo no existe.
Mi hermana, era tan pequeña... a pesar de su enfermedad. Nuestros padres nos abandonaron apenas aprendí lo básico de la vida.
Con mi hermana salíamos todos los días a pasear, la llevaba a los lugares en los que crecí, a los lugares lindos, en los cuales habían una o dos flores, esperando marchitarse rápidamente, como el resto de los seres. Los pocos humanos que quedaban se dedicaban inútilmente a plantar, con la esperanza de crear huertos, eso era imposible... Pero la esperanza difícilmente se pierde, la mayoría la había perdido, pero algunos se dedicaban a plantar pequeñas flores, con el fin de contemplar como se marchitaban a los dos días, era muy triste.
Una vez, mi pequeña hermana intentó arrancar una de esas flores para llevársela a casa. Pero cuando la atrapé en el acto, le dije:
- Contémplala... No la recojas, déjala vivir un poco más. Las cosas bellas de la vida, deben ser admiradas, no poseídas, porque si no, dejan de ser lo que son realmente. Ella me asentía con la cabeza, no estoy segura de que realmente me haya entendido, pero dejó de intentar arrancarla, y eso me puso feliz. Había entendido el mensaje.
Cómo quisiera vivir en otra época, cuando el mundo estaba repleto de animales y vegetación. Cómo me hubiera gustado tener un perro, o un gato... o cualquier animal. Pero más que nada, me hubiera gustado estar viva cuando “ellos” llegaron. Ellos intentaron salvarnos muchas veces, pero nosotros no los dejamos. Ellos eran seres superiores, utópicos, con almas hechas de amor. Para intentar salvarnos, se mezclaron con nosotros. Era una idea extraterrestre para salvar el planeta, del odio y del mismo ser humano.
Se mezclaron, y ese siglo cambió claramente la historia, nuevos filósofos, mesías,  y personas importantes surgieron, con la idea clara de la utopía. Funcionó hasta cierto punto, hasta que el humano decidió echarlos, decidió que no eran dignos de vivir en el planeta tierra. Que nosotros estábamos perfectamente bien sin ellos. El odio ganó, nuevamente.
Y el humano se encargó de que cada uno de ellos se fuera de nuestro sistema solar. Había sectas, llamadas "sangre libre", los cuales habían rechazado cualquier contacto con "ellos", cualquier idea de mezclarse y dejar que vivieran con nosotros. Mataron a todos los que pudieron, millones y millones, hasta obligarlos a marcharse. El hombre hizo la peor cosa que jamás alguien pudo hacerles. Les rompieron el corazón. De todas las cosas malas que el hombre hizo en la historia, esa fue la peor, porque eran seres puros, llenos de amor y sin nada de malicia. Tenían muchísimo poder, pero no se defendieron ni una sola vez, jamás se vengaron ni intentaron hacernos daño. Y nosotros les rompimos el corazón... Aún después de que se fueran, su genética siguió entre nosotros, así que se podría decir que hay gente semi-pura en este planeta todavía, gente que intenta hacer el bien, un cambio, o simplemente gente con mucho amor en su corazón, con el alma inocente.
Lamentablemente el más fuerte sobrevive. Los niños mueren, los ancianos, los animales y las plantas. Yo he tenido que luchar por mi vida, he robado e incluso asesinado. No me arrepiento de nada, supongo que el instinto de supervivencia es más grande que la misericordia y el arrepentimiento. Nunca me enamoré, jamás conocí ese tipo de amor. Pero el amor que tenía por mi pequeña hermana, era un amor incondicional, era la única persona que tenía en el mundo. Éramos ella y yo. Mientras estaba viva, le enseñé lo esencial, como a escribir su nombre. Nunca aprendió a escribirlo con un lápiz. Nunca puso sostenerlo de tal manera, pero sí era capaz de escribir su nombre en la arena. Padecía una enfermedad extraña, se veía como una niña completamente sana, bella, de cabellos largos y rizos color castaño, sus ojos siempre estaban llenos de asombro, siempre sonreía y se veía feliz.
¿Eso es una enfermedad? -ustedes pensarán-. Pues ella tenía exactamente 7 años cuando murió. 4 años cuando nuestros padres nos abandonaron, y tan solo 2 años cuando detectamos su enfermedad. No tenía problemas de coeficiente, ni tenía una enfermedad conocida. Ella no hablaba, ni se comunicaba. Parecía que comprendía todo, de alguna forma, de la suya. En ella el odio no existía, ni el miedo, ni la malicia. A veces cuando me despertaba de una pesadilla en medio de la noche, ella me daba la mano, y me daba seguridad. Siempre estuve segura de que ella en su sangre, tenía la de “ellos”. Ella debió salvarnos a todos, estaba destinada a ser nuestra salvadora, mi hermana, era la única esperanza. Pero unos salvajes, se encargaron de evitar eso. Me duele tan solo recordarlo, podría decirles que es lo más horrible y salvaje que he visto en mi vida.
Antes de que el mundo se acabara, las cosas estaban mal, muy mal. Los humanos se volvieron violentos, se unieron para acabar con el poder de las autoridades, no había control, era una completa anarquía de la cual nadie se puede imaginar. No existía castigo, ni policía, ni cárceles. Comenzaron a transformarse en bestias.
He aprendido todo sobre la historia de la humanidad, ya que la educación, en el siglo XXIII se convierte en una nueva potencia, los profesores son los maestros del saber, la pedagogía se convierte en la profesión mejor pagada de la tierra. Por lo tanto, las generaciones siguientes comenzaron a ser muy cultas, llenas de sabiduría y dispuestas a realizar cambios para la comodidad y bienestar de la gente. Decidieron que 24 horas no era suficiente tiempo para un día, por lo tanto, decidieron extender las horas diarias a 30. ¿Cómo? Pues descubrieron una forma de cambiar el eje del planeta, a través del centro de a Tierra. Gracias a esto, lograron que la Tierra rotara un 11% más lento, para así aumentar las horas de luz. Por este cambio, las horas laborales aumentaron a 12, al igual que una jornada de aprendizaje. De esta forma, las generaciones comenzarían a ser más sabias, la gente podría trabajar más, por lo tanto, ganar más, la pobreza disminuía cada día, ya que debido a los nuevos descubrimientos, siempre se necesitaban trabajadores. Pero por supuesto, que la explotación humana, comenzó a crear el desastre. Debido a que las horas de noche, eran solamente 10, la gente comenzó a malhumorarse cada vez más, y por lo tanto, también a enfermarse. No solo de cansancio, si no, también de cáncer, específicamente a el de la piel.

Se sabe que la capa de ozono empezó a adelgazar desde que iniciaron las fábricas, los automóviles y sus derivados. Pues entonces, para aquella época estaba severamente dañada. Y 20 horas de luz solar al día, fue la causa de más de tres mil millones de gente con cáncer a la piel. Y como la capa de ozono, tarda muchísimos años en regenerarse, los humanos decidieron hacer algo desesperadamente. Tardaron 10 años en crear una bomba, con destino al sol, la cual hizo que el sol perdiera un 30% de intensidad. Lo cual provocó que las temperaturas bajaran considerablemente. Tanto así, que Saturno era inhabitable.
De esta manera, el cáncer bajó, y la sequía acabo. Pero comenzó otro problema, el invierno constante. Lo cual provocó que se extinguieran más de 104 especies, de las cuales 88 eran de los países caribeños. Fue un milenio lleno de frío, y el humano arrepentido, busco soluciones por más de dos siglos. Pero no las encontró. El planeta se estaba congelando, se pensaba que así iba a terminar el mundo, congelado. Pero ahí es cuando ellos llegaron.

El cielo se puso rosa, como cuando está comenzando a anochecer, las nubes se pusieron más blancas que nunca, era algo maravilloso que ver.
La llegada de estos seres fue mediante una estrella, que misteriosamente apareció en el cielo junto a la luna. Los astrólogos hablaban de ella como un milagro, una salvación... De esa manera entraron a la tierra, a través de los astrólogos, ellos les comunicaban cosas. La gente estuvo muy atenta a todos los mensajes. Hasta que un día, decidieron bajar.
No fue algo caótico, no aparecieron naves en el cielo atormentando a la población, simplemente, uno de ellos bajó y se presentó. ¿Apariencia? Pues no son seres verdes con ojos enormes en la cara. Se parecen más a nosotros de lo que la gente cree.
Son fisiológicamente casi similares, solo que no poseen pulmones, respiran a través de la piel, de esa manera pueden vivir en cualquier ambiente. Poseen un estómago e intestino, es algo similar al nuestro, pero mucho más pequeño. No tienen mucha capacidad estomacal, ya que se conforman y pueden vivir con muy poco alimento. Son muy delgados, y su piel tiene un tono celeste muy claro. Se reportaron de forma anónima en la NASA, al parecer sabían todo acerca de la Tierra, sobre sus habitantes y su historia, también de sus conocimientos. A primera vista, los científicos creyeron que se trataba de una farsa, naturalmente. Pero luego de analizar su cuerpo, su ADN y su fisiología, decidieron creer.

De a poco fueron bajando, integrándose a la población. Fueron bienvenidos por todos, ya que eran seres realmente maravillosos, se trasladaban en forma de luz, por lo cual no necesitaban naves ni medios de transporte.
Nos aportaron información sobre el universo, nos ayudaron a curar enfermedades, pero por lo que realmente vinieron, fue para darnos una solución.
Ellos venían a darle vida de nuevo a nuestro sol. Con ayuda de nuestros mejores científicos, ingenieros y otros profesionales, lograron crear una bomba, con elementos terrestres y extraterrestres jamás vistos nunca. Esto hizo que la tabla periódica tuviera más de un millón de elementos nuevos.
En otras palabras, ellos nos salvaron, esa bomba restauró al sol. Hizo que recobrara su intensidad normal y devolvió a la tierra los días normales que hace siglos habían acabado. Todo volvió a ser como antes. 24 horas diarias. Desde su llegada, todo era prosperidad en la Tierra. El cáncer disminuyó notablemente y la capa de ozono se restauró un 79%. Se podría decir que el planeta jamás había estado mejor.

De a poco comenzaron a llegar más y más, integrándose a nuestra sociedad. Se mezclaron con los humanos y nació una nueva raza, la cual genéticamente era casi tan poderosa como la de ellos. Las personas se contagiaron con su amabilidad y amor, se podría decir que la humanidad habría alcanzado la utopía. Pero el humano venció.
Muchos comenzaron a protestar, ya que consideraban que el planeta era nuestro y no de ellos. Muchos se sintieron invadidos al poco tiempo, ya que cada vez habitaban más.  La gente le teme a lo desconocido, es ignorante. Y aun  así, sabiendo que eran inofensivos y nos ayudaron a recuperar la paz del planeta, desconfiaron.
Con las décadas, el humano volvió a encontrarse con sí mismo, con su egoísmo y superioridad, y se formaron las sectas de “sangre libre” (lo cual era casi imposible) con el fin de desterrar a estos seres de la Tierra. Dos siglos, dos siglos tardaron en convencer a la mayoría de la población. No lo lograron, pero se unieron de tal forma, para matar a todos. Alienígena o humano que estaba en contra de aquella barbaridad. Fue lo más salvaje que ha ocurrido en la historia. Si han oído de la segunda o tercera guerra mundial, esto fue un millón de veces peor.

Finalmente, los alienígenas se marcharon, junto con un pequeño grupo de humanos valientes, guerreros. Jamás mostraron oposición alguna, ni violencia. Se dejaron torturar sin oponer resistencia. Y un día, una gigantesca nube apareció en el cielo, y para cuando se esfumó, ellos también lo hicieron. Dolidos, y destrozados.

El humano había triunfado. La gente sentía miedo, vivía deseando que volvieran, pero debían ocultar su pensamiento, ya que  los de la SSLA (Sociedad de Sangre Libre Alienígena), no cerraron los campos de tortura, con la intención de seguir torturando a aquellos que estaban en desacuerdo. Pasaron algunos siglos, donde la sociedad se estabilizó. La SSLA ya no existía y la gente vivía en paz. Pero es ahí cuando todo comenzó a empeorar. El sol inició prematuramente su etapa final. Parecía imposible, los astrónomos no pudieron explicarlo... Al parecer, el universo nos estaba castigando, por haberles roto el corazón... Por haberlos desterrado y torturado.
No era obra de ellos (muchos pensaron que era su venganza contra nosotros), pero los astrónomos, aseguraron que aquello era imposible. La venganza no estaba en su naturaleza.

El arrepentimiento surgió. Y todos rezaron para que volvieran por nosotros. No había otra solución. Solo ellos podrían volver por nosotros y salvarnos. Pero no lo hicieron.
Y así, con el tiempo, el Sol se comió a Mercurio y a Venus...
Yo nací en ese entonces, cuando el sol se encontraba prácticamente sobre nosotros.
Los humanos no pudieron construir naves espaciales, porque al salir a la atmósfera, estas se derretían. ¿Cómo logramos sobrevivir tanto?
Porque lograron crear una capa extra.
Lograron fabricar una bomba con tal altas temperaturas, que al salir de la Tierra el sol no tenía efecto sobre ella. La bomba consistía en explotar fuera de la Tierra, creando una capa de gases que mantendría al planeta protegido por más tiempo de los efectos del sol. Tenía una especie de filtro contra los rayos UV y energía.

La humanidad se acostumbró a vivir con temperaturas extremadamente altas...
Hace ya mil años, que la Antártica no existe, al igual que el polo norte... Muchas islas y territorios han desaparecido, más de dos millones de especies se han extinto.
Uno de los lugares que más me habría gustado conocer, sería la Antártica... He visto tantas fotografías y videos sobre ella... como me gustaría ver a un pingüino, o a un león, o a un elefante. Casi todos los animales se extinguieron. Excepto los reptiles. Estas criaturas sorprendieron a la humanidad sobreviviendo a altísimas temperaturas, animales como: iguanas, tortugas, lagartos. E insectos como: hormigas, escorpiones rojos y escarabajos.
Al parecer, tan solo esas especies lograron evolucionar y fortalecer su resistencia para sobrevivir. Pero todo llegó a su fin. Y para el momento en el cual yo tenía 17 años, el sol se comió a la Tierra.

Y aquí estoy, atrapada en el universo, no siento mi cuerpo, pero siento mi alma, mi alma en busca de esa risa... De esa luz. No sé cuánto tiempo me queda, llevo vagando aquí en el espacio durante mucho tiempo, esperando ver esa luz de nuevo.

Habrán pasado un millón de años, quizá un minuto o menos... como dije, aquí el tiempo no existe. Hasta que vi una luz, tenue y para nada abrumadora, cada vez se fue haciendo más grande, se llenó de colores, y todo lo que era oscuridad se convirtió en estrellas, en una especie de pantalla con meridianos y paralelos, semi-invisibles. Estoy en presencia de un universo paralelo, he llegado a algún punto de universo, donde comienza otro. He avanzado.
Y escucho una risa, la misma risa. Algo surge en mí y me hace sentir más viva que nunca, me carcome una sensación de nostalgia y felicidad, siento como lloro de emoción, a pesar de que no me salgan lágrimas. De nuevo la risa, y una voz familiar. Muy familiar. La mía.
En la gran tela universal que parece una pantalla, me veo a mí y a ella. Muy felices caminando por la costa, la cual se ve llena de vida como en las fotografías. El cielo está azul y con pocas nubes. Es el día perfecto. Me quedo observándolo, por mucho tiempo, y desaparezco para siempre de la faz de la tierra.

He visto un universo paralelo, en el cual yo y mi hermana estábamos a salvo, no había infelicidad y la Tierra estaba como en un principio. Ahora solo tú, lector, puedes salvar a la humanidad, ya sabes lo que ocurrirá. Detén la matanza, protege al medio ambiente, gánale al odio. Permite que ellos nos salven de la catástrofe y nunca los dejes ir. Solo así podrás salvarnos. Podrás salvarme.

Muchas gracias.



Segundo lugar narrativa: Florencia Troncoso IV° Medio
Ley de Causalidad Narrativa

-¡Voy a hacerlo!- dijo el hombre- ¡voy a apretar el gatillo!
-¡Gustav, detente!- dijo Emily- ¡No dispares, todavía eres joven!
El hombre, Gustav, estaba en medio del salón, un revolver en su mano izquierda apuntaba a su cien, la mujer, Emily, veía todo esto horrorizada desde cierta distancia, había traído té para que conversaran y se había encontrado con una inusual escena. Gustav estaba amenazando a un ente invisible con suicidarse si no se revelaba, era casi como si tuviese una con versación con alguien.
-¡No te hagas el listo intentando distraerme con tu narración!- gritó él- sabes tan bien como yo que eso ya no funcionara, no más. Estoy harto de ser una marioneta en tu juego enfermo.
Emily, mientras tanto, pensaba en alguna forma de quitarle el arma antes de que fuese demasiado tarde, pero sabía que corría el riesgo de ser ella quien recibiese el balazo, era un alto riesgo.
-Oooh, así que ahora me amenazas con matarla a ella, quita esa idea de su mente, es demencial. Además, ¿de qué forma sería ella herida? ¿En un forcejeo por el arma?- el hombre escupió en la alfombra- Me das asco.
-¡Gustav, por favor! ¡Por favor se razonable!- corrían lagrimas por las mejillas de la mujer, también hipaba y moqueaba, pero esos detalles no siempre se ven bien en una historia.
-¿Y ahora le niegas un llanto decente solo porque es “antiestético”? eres más repulsivo que un monstruo, y te maldigo por haber concebido la idea de nuestra existencia. Desgraciado sin corazón, ¿Qué no ves que nosotros también sentimos, que tenemos nuestras vidas? ¡No somos tus malditas marionetas!
Gustav continuó divagando acerca de libre albedrío y las mentiras para encubrir la desgarradora verdad, con esas palabras. Mientras tanto Emily estaba al borde de un colapso, comenzaba a vislumbrar la gravedad del asunto. El pobre hombre necesitaba ayuda, rápido, y de profesionales a ser posible.
-Así que quieres desecharme ahora, ¿eh?, pues debiste pensar en ello antes de darme la capacidad de escuchar, de ver. Ahora te ahorraré la molestia de deshacerte de mí haciendo el trabajo yo mismo- no podría apretar el gatillo, era demasiado cobarde, no se atrevería y era consciente de ello, sus piernas temblaban, sus manos temblaban también, tragó saliva con dificultad, sentía un nudo en la garganta- ¡Deja de decirme que sentir y que no!- y con esa ultima frase, apretó el gatillo…

…no hubo ruido, Gustav miro el revólver y lo lanzó lejos. ¡Sin balas! ¡Claro que no tendría balas! Incluso si hubiese cargado el arma justo antes de comenzar las amenazas, incluso si había revisado dos veces por si acaso. Comenzó a reír, a reír a carcajadas mientras lloraba, ojos exorbitados.



Primer lugar Narrativa: Clemente Wacquez
INTI

Por la ventana saludaba la azulada mañana, el sol se prestaba a echar un vistazo a la depresión intermedia asomándose por la cordillera, los rayos cálidos atravesaron las persianas y cosquillearon el ceño de Julián, este, gruñó y le dio la espalda a la ventana.
Se merecia descansar un poco más, después de todo, anoche se había desvelado avanzando trabajo en su casa, con un suspiro siguió durmiendo.
El Sol, indignado, se echó a correr hasta llegar justo arriba de la ciudad donde sudó un calor que le derritió los sueños a Julián, quien despertó transpirado y completamente destapado.
Se sentó dificultosamente en la cama y se estiró con un largo bostezo. Tanteó su velador en busca de sus lentes, se los puso y vio la hora, su mandíbula cayó lanzando un graznido. En menos de un parpadeo corrió al baño y se metió a la ducha, el agua cayó. Perdón jefe, anoche entraron a robar y no pude dormir, hoy trabajaré hasta tarde –pensó Julián mientras el vapor cubría su cuerpo.
Se metió en su auto y arrancó hacia la oficina. El insoportable calor había convertido su coche en un horno, sus manos sudorosas rotaban el borroso manubrio en las curvas que se le hacian cada vez más largas, sus ojos comenzaron a perder sus orbitas.
Los segundos corrieron por el rostro de Julián, cada vez más gruesos hasta que de su lampiño rostro surgió un frondoso y canoso pelaje que crecía estrepitosamente, regado por el destrozado tiempo que se retorcía palpitante en su mente.
El auto aceleraba más y más por la avenida, la cual parecía no tener fin. Tal era el shock de Julián que sintió que sus manos estaban clavadas al manubrio como si de una crucifixión se tratase. Levantando las tupidas cejas sus confundidos ojos enfocaron una gigantesca luz en el horizonte, el Sol. Entonces, el auto se estremeció violentamente y despegó del suelo a una velocidad incomprensible, pronto en su parabrisas dio lugar un espectáculo de llamas y chispas al que lo siguió un infinito color negro, un color negro que se metió en Julian y personificó todos sus temores. Su auto había abandonado la atmósfera terrestre.
 En segundos, Venus y mercurio cruzaron al lado de las ventanas, Julián no lo sabía pero en esos momentos tenía 570 años.
Se detuvo frente a la gran estrella. Con un rayo de majestuosidad flameante, el Sol pulverizó sus ropas y el automóvil, dejando intacto al anciano. Julián logró ver con sus exhaustos ojos cómo pequeños rayos se aproximaban a él lentamente cual tentáculos, le acariciaron el rostro causándole un dolor que su mente ya no procesaba y procedieron a meterse por su boca y bajar por la garganta. Pronto su piel comenzó a emanar una palpitante luz amarilla que surgió desde el pecho y se esparció lentamente a sus miembros hasta que sus ojos lanzaron una luz ébano con tal potencia que destrozó su piel, desgarró sus músculos y separó sus huesos, convirtiéndolo todo en cenizas. Los rayos quedaron sosteniendo un majestuoso orbe de luz oscura que había sido extraído del alma añejada de Julián.
El primer orbe oscuro de origen terrícola había sido extraído, pronto éste entro en órbita alrededor del sol como era tradición de las estrellas recién iniciadas.
Las estrellas ancianas previamente estuvieron de acuerdo en que ya era hora de que el sol hiciera su primer sacrificio al dios supremo Inti, el que las observaba desde el centro de la galaxia.
El sol lanzó finalmente el orbe a toda velocidad hacia Inti para que este decidiera aceptar o no la ofrenda, de ser aceptada, más orbes oscuros serían recibidos brindándole al sol en el día de su muerte la entrada al paraiso etéreo del que las antiguas constelaciones han escrito a lo largo de los años galácticos. Por otro lado, de no ser aceptado el orbe, el sol seria castigado en una incandecente super nova.
Arrugas temporales, reflejos de proyecciones que se trasladan al pasado, de una forma u otra la luz del sol entraba por las persianas y cosquilleaban el ceño de Julián, quien abrió los ojos despertando de un agitado sueño.
Se levantó a recibir la hermosa mañana, abrió las persianas y bostezó. Observó al sol con una sonrisa nerviosa como intentando recordar algún sueño que tuvo con él. La luz azul de la mañana acompañaba sus pensamientos, pronto el entorno tomó un color rojizo y el ánimo de Julián se transformó en preocupación. Miró a la cordillera y en sus ojos brillantes se reflejó una luz carmesí.
Afuera en las calles se escuchaban gritos de pánico. Julián observó la luz roja en el horizonte crecer y crecer.